El 80% de las consecuencias derivan de un 20% de las causas.
La famosa regla 80/20.
Aunque la mayoría de las personas parece utilizarlo en forma correcta, con frecuencia, algunas otras, tienen una falsa percepción.
Por lo que existe una tendencia en ellas de concentrarse en el 20% del problema.
Esto, precisamente, son casos extremos.